domingo, 19 de mayo de 2013

EL EXTRAÑO CASO DEL EPIGENOMA





Todos conocemos el gran avance que nos ha proporcionado el descubrimiento de la cadena de ADN, y lo importante que ha sido para la ciencia el decodificar los genes que componen dicha cadena: se pueden prever enfermedades antes de que aparezcan, estudiar los genes que influyen en tal o cual característica, etc.

Pero se ha producido otro descubrimiento que ha pasado desapercibido para la mayoría de nosotros, y es tan importante como aquel.

Además de los genes, existe en nuestra cadena de ADN algo llamado epigenoma. El epigenoma es la información epigenética de un organismo, que influye en que un gen se manifieste o no. Por medio de la metilación, la impronta genética o la modificación de histonas. Aquí no es importante el entender el cómo sino el por qué. El por qué un gen se puede manifestar o no y puede hacerlo en mayor o menor grado. (Si quieres una explicación más profunda te recomendamos estos enlaces: http://epigenome.eu/es/1,3,0, http://www.abc.es/20100618/ciencia/epigenoma-mucho-genes-201006181447.html)

La epigenómica se aplica al estudio de las complejas modificaciones que experimenta la cromatina tanto en su modificación química como en las cambios topológicos condicionados por efectos internos y ambientales que ejercen una influencia en el modo en el que se expresan o comportan los genes, aunque sin que se vea alterada la secuencia del ADN, el llamado código genético. Estos cambios además se transmiten a las células hijas.

Son cambios producidos en respuesta a un cambio ambiental, o a un aprendizaje, a un cambio en la conducta…

Hay factores ambientales como la alimentación, el estres, etc. que pueden afectar al epigenoma haciendo, por ejemplo, que los genes se expresen con más intensidad y ese gen se manifieste de manera más fuerte, o que se expresen con una menor intensidad y el gen no se manifieste en absoluto.

¿Qué podemos aprender de esto? Que con nuestro comportamiento, nuestros hábitos y conductas, podemos cambiar la forma en la que se expresan nuestros genes. Que todo aquello que atribuíamos a la genética y que pensábamos que era imposible modificar, PODEMOS MODIFICARLO (en mayor medida de lo quepensábamos), que está en nuestras manos mucha mayor capacidad para cambiar nuestra forma de ser que la que suponíamos.

Y estas alteraciones en los genes se pueden producir desde el momento en el que estamos en el vientre de nuestra madre, así una madre con una mala alimentación tendrá hijos con mayor probabilidad de enfermedad cardiaca, una madre con un elevado nivel de ansiedad tendrá hijos con mayor probabilidad de tener asma…

A nivel médico: puede que una persona tenga un gen que la predispone a tener cáncer, pero con unos hábitos de vida saludables ese gen puede no manifestarse.

A nivel psicológico: puede que una persona tenga una predisposición a responder ante el estrés de una forma demasiado extrema, pero si aprende una serie de conductas que le enseñen a relajarse o a resolver los problemas de una forma adecuada, puede disminuir su respuesta ante el estrés.

Así puedes ver lo importante que es cómo vivamos nuestras vidas guiados por el propósito de alcanzar un mayor bienestar, a nivel físico o psicológico.

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