sábado, 26 de enero de 2013

MAMÁ QUIERO SER FELIZ!!!!!!!!!!!!!!!!


 

 

MAMÁ QUIERO SER FELIZ.

 

¿Cómo podemos hacer que nuestros hijos sean más felices?

De muchas maneras, entre ellas desarrollando en ellos la Resiliencia, o “la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas.” (Grotberg, 1997)

Es posible desarrollar resiliencia en los niños a través de las distintas etapas de su desarrollo mediante diversas estrategias:

Cuando son más pequeños:

-          Elogiándolos por sus progresos en las pequeñas cosa, como aprender a ir al baño solos, a vestirse solos, a coger las cosas, en sus primeras palabras…

-          Impulsándolos a que vayan aprendiendo cosas y realicen actividades con la menor ayuda posible por parte de los adultos.

-          Ayudándoles a experimentar sensaciones positivas.

-          Estableciendo reglas que puedan cumplir y ayudándoles y premiarles por hacerlo.

-          Ayudándoles a definir sus sentimientos y los de los demás, y a ponerles una etiqueta verbal a medida que vayan teniendo capacidad para ello.

-          Preparándoles para que puedan enfrentarse a situaciones adversas mediante cuentos o ejercicios.

-          Animarles a ejercitar su capacidad para poder hacer cosas solos, aunque se equivoquen en un principio, con frases como: “Venga, que yo sé que tú puedes hacerlo.” Fomentando así su autonomía y su capacidad para poder resolver problemas.

-          Tranquilizándoles en las situaciones que supongan un estrés para ellos.

-          Fomentando su capacidad de relacionarse con otras personas.

Cuando son más mayores:

-          Ayudándoles a que asuman la responsabilidad de sus actos.

-          Enseñarles que sus acciones tiene consecuencias.

-          Dotándoles de un ambiente seguro y positivo, donde puedan desarrollarse sin temor.

-          Enseñándoles a pedir ayuda en situaciones conflictivas.

-          Tranquilizarles cuando se enfrenten a problemas, tratar de hablarles con voz calmada y razonar con ellos.

-          Fomentando su competencia y autoestima.

-          Enseñándoles a calmarse ellos mismos: contando hasta diez o respirando profundamente.

-          Enseñándoles a ponerse en el lugar del otro y a ser amables y educados.

-          Ayudándoles a expresar sus sentimientos con las palabras y las formas adecuadas.

-          Enseñándoles las bondades de explorar cosas nuevas.

-          Desarrollando su sentido del humor.

-          Dándoles posibilidad de tener iniciativa: de exigirse a sí mismos y ponerse a prueba en situaciones progresivamente más exigentes.

-          Aceptando sus errores, viéndolos como un camino para poder aprender a hacer las cosas bien.

-          Razonando con ellos y explicándoles las expectativas y reglas que debe cumplir.

-          Saber estar con ellos sin menoscabar su autonomía pero asegurándoles que pueden contar con nosotros.